sábado, 16 de julio de 2011

Hoy vas a entrar en mi pasado - Fernando Puga


—Me voy —dijiste. Y te fuiste.
Al dar el portazo se abrió ese agujerito secreto ubicado entre mis cejas y por ahí se coló él, furtivo.
Tú saliste de escena tras la puerta; entró tu recuerdo por el pequeño orificio.
No más pasar se topa con estos últimos tiempos de blanca madurez, pero a poco de andar se hunde en la oscura sima que el tiempo escarbó entre mis huesos y cae en busca de la llave que descifre mi arcano. Tu recuerdo recién nacido se cruza con fantasmas postergados; algunos lo conocen, lo saludan, intentan retenerlo en su afán de evitar todo dolor. Él, tenaz como la hiedra sobre el muro, espanta esos tules que deforman los recónditos rincones de mi alma.
Crece tu recuerdo y desempolva mis truncos deseos, mis arrepentimientos. Se desperezan mis viejos amores y se abren heridas que creí cauterizadas por las cenizas de un volcán que vomita desde el fondo de los tiempos.
Y una vez llegado a lo más hondo, abrazando al niño que fui, tu recuerdo se confunde en ese polvo gris que algún viento repentino dispersará sobre el cálido océano de mis años hasta transformarlo en perdurable olvido.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Con qué facilidad se pronuncia un "me voy". Qué camino sinuoso queda para el abandonado. Pero va mejorando poco a poco, no? Buen texto. Saludos.