domingo, 22 de abril de 2012

El huevo de la planta – Héctor Ranea


Esto de refutar todo tan sencillamente como decir: “es tan cierto como que en Bolodivernia las plantas ponen huevos”, me está cansando. Días atrás refuté a un pastor acerca de la vida sexual de las avispas, ¡sus aliadas en la lucha contra los lobos! Ni él sabía de sus ciclos. Francamente, estoy lleno de que las leidis de Mayonesia me franqueen la entrada a sus corazones por el precio de una estampilla con la Esfinge Franco Bollo como anverso y goma laca de pésimo gusto a huevo de planta en el reverso, creyendo así que me conquistaron o me pueden hacer prisionero de sus telas y comerme al primer hervor.
Y no sólo eso. Los lobos de este planeta invasor ni siquiera son carnívoros, las avispas no tienen celo y las plantas que ponen huevos están siempre estreñidas por el frío. Así no hay dieta que pueda durar, porque no hay peor cosa que los huevos congelados, como decía un maestro cocinero que nos dio las primeras lecciones sobre cómo combatir la invasión de huevos con rigor gastronómico.
Así que: Bolodivernia, my ass! La refutación seguirá siendo la mejor conversación mientras comamos huevos de plantas, que tienen bajo nivel de colesterol, ¡qué caramba!

Acerca de los autores: Héctor Ranea

No hay comentarios.: