lunes, 19 de noviembre de 2012

Carta abierta a Dios - Daniel Frini


Estimado Señor que está en los cielos:
En nombre de todos los hombres que habitan éste, su mundo, me atrevo a dirigirme a su elevada Divinidad con el objeto de reclamar la devolución de la costilla que le fuera sustraída por Usted a nuestro padre Adán, en oportunidad de hallarse éste descansando en las instalaciones de la finca vacacional conocida como Edén; y retrotraer el devenir de la historia al instante inmediatamente anterior a tan desventurado hecho. También le reclamamos la indemnización correspondiente, más los intereses devengados en los años transcurridos desde la creación (ateniéndonos a los cálculos del arzobispo Ussher, el cuatro mil cuatro antes del nacimiento de Su Hijo) a la fecha; honorarios y costas. Nos reservamos, además, el derecho a iniciar ante los tribunales del Cielo por Usted dirigido, las acciones penales correspondientes para bien pagar tan desafortunado hecho, cometido por Usted, y que consideramos, lisa y llanamente, un robo. Confiamos que Su infinita Sabiduría no interferirá en la administración de Justicia.
Sí, digo bien: la costila de Adán, nuestra costilla, nos ha sido sustraída, robada, usurpada, hurtada, timada. Y lo que es mucho peor, usada de manera temeraria para la creación de un personaje siniestro que, desde entonces, no hace más que entorpecer en normal y apacible transcurrir de la vida del hombre.
Bien estaba sólo nuestro padre Adán y no dudamos de que Usted lo dotó de la inteligencia necesaria para procurarse, él mismo, la satisfacción de sus necesidades; sin que fuese necesaria la intrusión de un nuevo personaje en Su Creación, que no hizo más que entorpecer el camino y, entre otras cosas, que Usted perdiera contacto con el más excelso producto que saliera de Sus manos. No lo dudamos: Usted actuó de manera correcta expulsando a Adán y la chirusa, pues no le quedaba otra posibilidad, atendiendo a la normativa imperante en Su cielo. Pero estamos convencidos de que Usted no se habría visto en la tal disyuntiva, a no ser por la acción de la susodicha.
Confiamos en Su discernimiento.

Acerca del autor: Daniel Frini

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