martes, 8 de enero de 2013

Con dinero se compra casi todo – Héctor Ranea & Sergio Gaut vel Hartman


Hoy tengo mucha plata para gastar, por lo que me compro un abducidor de textos surrealistas, una bicicleta heterodinámica para fluir por el éter sincrófilo de la hermandad del santo beneficio de la duda. Le compro Facebook al tipo que la inventó (no recuerdo su nombre y no se lo pregunto, que se ocupen mis abogados) y la convierto en una nave vikinga a punto de recalentarse en medio del Ártico por culpa de la energía orgónica que producen ciento diecinueve guerreros en celo. De pronto, en medio de mi exuberancia consumística, veo a un calentador Primus abandonado, a punto de dar a luz, a un levantador de noticias en medio de una tempestad de letras y a un jugador de fútbol sin piernas que propugna que ese deporte se practique sólo con la cabeza. De las tres ideas me quedo con una; no soy un angurriento. Apoyo la propuesta del futbolista lisiado y la redoblo: uso parte de mi fortuna para comprar los pases de Messi, Cristiano Ronaldo, Drogbá y Tévez y les hago amputar las piernas. (Son míos, ¿no? Los compré, ¿verdad?) En realidad, nadie me entiende. Soy un misterio, una especie de dios bobo que atrapa palabras aquí y allá y las agrega automáticamente a esta supuesta microficción. ¿Automáticamente, dije? No tan así. Las palabras tienen vida propia, o por lo menos actúan por cuenta y riesgo de algún mafioso que desea sacarme del juego. ¿De qué palabras hablo? De cualquier palabra. Aquí viene una. Se acerca. Viene rectamente hacia mí. Ya la veo. Esa palabra es… bala.

Acerca de los autores:
Héctor Ranea
Sergio Gaut vel Hartman

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