martes, 11 de marzo de 2014

Desvío de letras - Héctor Ranea


Me pasa algo que querría definir como alucinación, pero no sé si es sólo que me quiero hacer el optimista careciendo, como todos los optimistas, de otro fundamento que no sea la confianza. Lo que me sucede es que las letras se me desvían.
Cada tanto, en una frase, se dan vuelta el orden de letras en algunas palabras clave y éstas pierden todo significado, o se agregan letras a lo que escribo porque mis dedos ya no siguen la lógica del lenguaje sino un sistema que desconozco en qué se basa o en qué se fundamenta desde la semiótica de vaya uno a saber qué pueblo alienígena.
Las letras no sólo cambian el orden en una pabrala, se dan vuelta completamente como la p con la b, la o con el 0, el 6 con el 9 y los personajes pierden direcciones, teléfonos. Se confunden de hecho mis teléfonos y en las conferencias que mis amigos dictan y a las cuales voy por cortesía profesional, leo frases que me parecen cómicas cuando hablan ellos de tragedias y río cuando el público está intensamente emocional, de modo que he sido expulsado ya de varias academias, de diversos talleres y, por uqé no de tetraso en los que represenat sus conrefencias (¡me volvió a suceder!). Vuelve a suceder porque estoy sentado al revés y mi mano izquierda se parece a la del espejo, que no es la derecha pero está en su lagur y escribe al revés, mal ubicada y torpe.
Alguna amiga me trata de consolar leyéndome las Elegías de Duino pero yo escucho palabras de amor y avanzo sobre ellas, quienes me castigan con el lomo de los libros de poemas. Interpreto tood mla. Porque leo y eschocu todo mal. Maldición. Me quedo sin amigsa. Y sin ellas todo escritor esta partido al mdeio.
Estoy desconcertaod, desletrado. No hay poer amenaza que un escritor que se quede sin sus letras ordenadas a merced de nu automatismo. Todo muere para un escritor de esa calaña, todo está ya muerto, sin letrsa.


Acerca del autor:  Héctor Ranea

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