miércoles, 16 de diciembre de 2009

Adultos: La explicación - Luc Reid



― El otro día, cuando llevé a casa mi examen de historia, pensé que papá iba a matar ― dijo John.
Su amigo Sunil sacudió la cabeza.
―Ya sé, no me lo digas. Mi padrastro se puso igual cuando se enteró de que reprobé matemáticas.
―Repetía y repetía “¡Sesenta y cuatro! ¡Sesenta y cuatro!” como si yo no pudiera leer mi propia calificación…
―Odio cuando hacen eso.
― … y prácticamente me estaba rompiendo la cabeza con eso, y yo le digo “¡Por favor, papá! ¡Hay más cosas en la vida que el cerebro!”
― ¡Ey, guarda! Viene la vieja Heiserman...
John levantó la vista justo a tiempo para ver a la señora Heiserman tirar su andador a un lado y tambalear hacia Sunil y él. Manoteó a ciegas detrás suyo por unos segundos antes de encontrar la palanca de hierro que guardaba en su mochila, pero lo logró justo a tiempo y le pegó en la cabeza a la señora Heiserman. Ella debía tener hambre, sin embargo, ya que el golpe apenas la frenó. John le dio una patada en la rodilla y ella se desplomó en la acera, siseándole. Mientras la mujer se regeneraba, Sunil y él cruzaron el césped de los Weber y se fueron de regreso a casa.
―Están locos los adultos, chabón.
―Ya sé― dijo Sunil.
En la casa la madre de John había regresado de su trabajo en el Hospital de los Niños y estaba haciendo pescado al horno con coco. Trataron de pasar por la sala, pero ella los debe haber escuchado.
―¡Tarea! ¡Hacé tu tarea! ― gimió, avanzando a los tumbos hacia ellos.
―La voy a hacer, má. Sólo vamos a jugar con la Wii en mi cuarto unos minutos, y después la hago.
―¡Tarea primero!― ella se abalanzó hacia ellos y le agarró la cabeza de John. ― ¡Cerebros!
― Vamos, má, dejá tranquilo a mi cerebro― dijo John. Sunil y él corrieron a su cuarto y pusieron una barricada contra la puerta.
―¡Peinate!― gruñó su mamá.
― Chabón, ojalá cuando crezca no me convierta en semejante zombi― dijo John.
― Ojalá, chabón,― dijo Sunil agarrando una bolsa abierta de Doritos del ropero. ―Ojalá―.

Versión de Saurio.
Original en The Daily Cabal

1 comentario:

Francisco Costantini dijo...

¡Buenísimos, Saurio, los cuentos de este chabón! ¿Cuánta mano metiste? El resultado, en todo caso, me gustó mucho.