lunes, 28 de marzo de 2011

Los zombis - Alicia Elena Diez


Planearon su luna de miel en Isla Negra, amorosamente y en cada detalle. Les había gustado la idea de ir a esa isla perdida, lejos del ruido de las ciudades, sin siquiera luz eléctrica… se soñaban abrazados bajo las estrellas, con el mar ronroneándoles en los oídos. Acababan de llegar en una avioneta privada que los trasladó desde la última ciudad del continente; nadie fue a recibirlos, pero lo cierto es que en el lugar sólo había unas pocas cabañas con techo de paja, de cara al mar. Un hombre sentado bajo una palmera armando un cigarro les indicó cuál era la que les correspondía sin levantar la cabeza. Ya les habían advertido que los nativos eran poco comunicativos, pero eso no era algo importante para ellos en esas circunstancias.
Entraron a la cabaña y descubrieron que la precariedad no le quitaba belleza al lugar; el aroma de las frutas y las flores los envolvía y no tardó en entremezclarse con el olor de los cuerpos haciendo el amor…
Se fueron quedando dormidos, pero al cabo de algunas horas los despertó el retumbar de unos tambores. Decidieron ver el espectáculo… Era lo que esperaban de un destino turístico que no tenía nada de masivo; rápidamente advirtieron que se trataba de un ritual ancestral. Percusión, un fuego creciendo en un tanque de petróleo alrededor del cual se balanceaban los nativos, una tinaja en la que un hechicero hacía movimientos extraños, como si arrojara dentro del recipiente las palabras que salían de su boca. No pregunten cómo ocurrió, ellos no lograron entenderlo, pero luego de dos o tres hipnóticos minutos quedaron en el centro de la escena, inmóviles, sin voluntad…
Ahora cuentan que en las noches de plenilunio, en Isla Negra, dos enamorados se pasean abrazados bajo las estrellas y un aroma de frutas y flores se percibe en el aire mientras asisten a un ritual que celebran los nativos en la playa. Los investigadores de la agencia de turismo aseguran que los mieleros murieron por la picadura de un insecto venenoso, pero muy pocos, tal vez nadie, desean comprobar la leyenda por sí mismos y también se dice que el operador está a punto de eliminar ese destino de su oferta.

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