martes, 18 de octubre de 2011

XLIV Divertisement - Lili Mendoza


El papá pagaba cuarenta dólares a una negra en Río Abajo para que una vez al mes planchara el cabello de su hija mayor. Hecho el milagro, Dalia regresaba a casa con la cabeza enrollada y de un humor de la gran puta. También le pusieron aparatos en los dientes y eso fue el acabose porque, cuando en una semana coincidían alisado, ajuste de frenos y período, la casa temblaba. La hija menor logró dominar el arte de hacerse invisible detrás de enseres de línea blanca y electrodomésticos menores. Veinte años más tarde, los padres encienden la televisión y miran
extasiados a Dalia dar las noticias, convencidos de su supremacía en orgulloso silencio cómplice, ya borrado de los anales el día en que Ania, olvidada en el patio y cubierta de hojas, caminó hacia la calle y echó a correr para jamás volver al tumulto de hojarasca.

Lili Mendoza

Tomado de Corazón de Charol A-go-gó con autorización de la autora

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