martes, 24 de julio de 2012

Gato encerrado - Fernando Andrés Puga


Se desliza con la suavidad estudiada de una artista del sexo. Ella se despliega entre las sábanas, envuelve con la lengua mis pezones erectos, refriega la piel humedecida de su pubis sobre la parte baja de mi vientre que a punto está de vaciarse en ella.
—¡Pará, pará!— grito en voz baja y la obligo a hacer silencio. Se oye la cerradura de la puerta de calle.
—¡Salí! ¡Dale, apurate! Metete en el ropero.
Y así desnuda como está la empujo al interior. A los apurones junto la ropa que desparramó por todo el cuarto y también la tiro adentro. Me zambullo en la cama y apago la luz.
A tiempo. Marisa entra y se nota que trata de no hacer ruido. Bien. Cree que duermo. Ahora seguro que se acuesta a mi lado.
¡Uy, no! Parece que quiere guardar la ropa antes de meterse en la cama. Está corriendo el cierre de la valija…
—Hola, querida – digo, entreabriendo los ojos. Tengo que impedir que llegue al ropero.
—¡Ay! ¿Te desperté? Perdoname, yo no quería…
—No importa. ¿Por qué no venís a la cama y me contás cómo te fue?
—Sí, ya voy. Esperá que cuelgue el vestido nuevo que compré. No quiero que se arrugue.
Y sin más trámite estira la mano para agarrar el picaporte.
—¡Noooo! – grito, saltando de la cama.
—¿Qué pasa? ¿Vos no tendrás algo escondido en el ropero, no?
—¡No, no… para nada! Es que quiero que vengas a la cama de una vez.
—Mmmm… no sé. A mí me parece que acá hay gato encerrado.
De un tirón abre la puerta del ropero y un hermoso felino doméstico salta desde lo oscuro. Es atigrado y se eriza por la sorpresa. Maúlla lastimosamente desde atrás de la puerta.
—¡Mirá vos! ¿Así que te conseguiste la mascota que tanto querías?- dice socarrona, sacudiendo la cabeza y con los brazos en jarra.
—Perdoname, mi amor. Vos sabés las ganas que yo tenía de tener una. ¿No te enojás?— suplico con mi mejor cara.
¡Qué alivio! Parece resignada. Ya veré más tarde cómo hago para deshacerme de esa ropa tan insinuante que quedó hecha en un ovillo en el fondo del ropero.

Fernando Andrés Puga

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