martes, 13 de noviembre de 2012

Mercados saturados – Héctor Ranea


—No me lo va a creer —dijo el KC2442—, pero creo que los ingenieros no me dicen la verdad.
Se tomó de un trago el Oil Masters 2034 falso; quiso seguir, pero lo interrumpí.
—No creo que sean tan considerados. Lo hubieran desguazado.
—No si el problema es la cañería de Rufus.
El silencio en el área de recreación fue impresionante. Hasta el que nos servía el infame brebaje se detuvo en un falso chillido y se acercó hasta el KC.
—¿No me tendría que haber advertido de su falla, querido?
—No es oficial, nena —espetó éste con desprecio.
La expendedora le descargó una chispa de advertencia pero para el KC fue mortal. Nunca llegó a beber el segundo trago que yo le había prometido.
—Juro que no quise… —comenzó a justificarse la mecánica.
—No te preocupes, primor —la tranquilicé— tipos como éste, más tarde o más temprano iban a ser desactivados. Los mercados ya están saturados de este modelo y hay que introducir los nuevos. Lo viste medio errático y bastante liviano de ejes con toda esa descomunal dosis de lubricante que llevaba ingerida.
No le quise decir que la Compañía había programado su función de descarga preventiva de defensa para eliminar a los indeseables KC, para qué preocuparla si tenía tan linda profesión.

Sobre el autor: Héctor Ranea

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