lunes, 6 de mayo de 2013

Colectivo - Myriam Belfer


Sueño con ventanas que cierran con un ganchito de alambre, como las de la calle Moreno, viejas, con el marco de madera. Sueño con una hilera de lapicitos de cera que cuelgan de la pared, collar de dientes de tigre de colores. Pasa la barrera. Dos chicos (uno grandote, otro más bajito) hablan de sus bandas de rocanrol. Que para qué voy a escribir cosas que salen como para morirse. Igual, los chicos del barrio estaban todos de la cabeza. Carnicería "La vaca corrió al torito" Bicicletería "Piñón fijo" "Maldito el que se hace tierra de si mismo y cielo de una mujer" "Heladería el trolo" "ENEM 1995" Faltan once cuadras y un auto frena a mil por hora en el flanco derecho. Un perro negro y viejo. Música de FM. Vendió. Faltan siete cuadras y paso ante un muchacho de larga cabellera. No lo envidio. I could be wrong, I could be right. Libérate, expresa, baila flaquito. Hablábamos del miliquito y suena una trompetita. Flanco izquierdo. Flanquito. Voy a chocar con el Banco Credicoop voya caer al mar desde lo alto un poco de partituras a ver qué hago esta tarde/pero ya no hay tanto trac. Una taza de café lustrar mi guitarra. El chico alcanzó la bolsa y un recalentamiento de la especie. La Liga Federal tapó los carteles de Rico Asesino/pasa un tipo con un parche en el ojo. Lavar. Lavar. Lavar. Adónde, qué cosas escondería en esa libretita del viaje a Venus. Me intriga ese diferente de antes, no era así. Desfondando esa pasión por las ruedas/un infierno con rayos/de bicicleta mejor. Una capacidad extrema para desbocar motores. Déjala soñar, Déjame soñar despierta. Carga tu bolsa de caracoles dale su tiempo no le digas todas esas cosas que conozca la soledad por ejemplo. Y al que acaba de bajarse nunca voy a verle la cara. Mochuelo. Cara cadavérica. El sudor brota de las piedras en los días que arrancaron a mordiscones quién a quién se me cruza Dalí con Don Bosco. Me quedé piola qué va. Sacame de adentro lo que sentía esta mañana el fracaso el vacío que te da antes de dar una clase. No insistas en mezclarlo con los asuntos del alma. Es miedo y no otra cosa. La muerte en vida viva la felisidá una zapatilla se asoma y baila. Un gallinero.Un perro con su plato/carne. Y aquí se filtra tenazmente Camilo José Cela. General Acha Aneral Gacha. Japonería Tintoresa. San Marco Sin. Pasa de Castas Boca Enzo Juanjo Lafe campeón. Campaneando las actitudes del chiquto del pelo largo, es verdad pero no. Lo que me importa lo único que realmente me importa es el calor. Estoy espiando gigantes con cara de bebé en el taller mecánico. Ni un gesto, ni una sola realidad que escape a lo ya pactado pasado en limpio. Está-estoy-por pasar la ruta doblar a la derecha ahora no puede frenar ni volver a la primera página. Una nena mira otra baja. La voz de ultratumba se lava la cara en el charco. Si esto fuera una narración debería tener trama contar una historia aunque se derrita. Pero siempre es así el tiempo la desplaza se cruza un ovejero casi lo mata. Sigue siendo lo que puedo contarte una partida de ajedrez donde el enroque es siempre largo y la reina nunca mueve de costado o la historia de un silencio desgraciado tumbado golpeado de una manera especial. Tumbaíto al fin, qué ritmo. Comerán arroz blando y saldrán corriendo y otra vez no se volverá a repetir la tomada de pelo la ensalada del tomate la pelota incandescente que rebrota esa que flota, flota, flota, flota...

Sobre la autora: Myriam Belfer

No hay comentarios.: