viernes, 14 de marzo de 2014

El borde oscuro - Paula Duncan


Vencida, agotada se sentó en el borde de su vida y buscó; no había nada mas que un gran pozo por el perdieron sus amores de arco iris, que de tan apasionados se consumieron a si mismos y solo quedaron cenizas aun calientes del ultimo cadáver, una atroz desilusión de la que no pudo volver, recuerdos algunos felices; los menos, angustiosamente tristes, la mayoría con despedidas, amores a destiempo y renuncias heroicas, sucesos todos que dejaron su alma en carne viva
Cuando comenzó? temprano con su primer amor en el final de su niñez, todavía llevaba el cabello trenzado, fue el primer beso y las primeras caricias que llegaron un poco mas lejos, en su cuerpo inocente, después cambio de rumbo, cambio de escuela y nunca mas se vieron; solo queda en ella un dulce recuerdo del amor adolescente
Pasaron años intrascendentes, estudio trabajo el inicio de una militancia político-social, no había tiempo para mucho mas
Cursando tercer año de la facultad se conocieron, muy diferentes quizás por eso la atracción el era hijo de un acaudalado empresario, buena ropa, buena educación, llego a la universidad estatal solo por llevarle la contra al padre que podía pagarle la mas cara
Desde que se encontraron no volvieron separarse eran épocas turbulentas en el país, se amaban con desesperación dejando la piel en cada encuentro, ella sabía que podía ser el ultimo; el se contagiaba de su pensamiento, pero si no estaban juntos el temor pintado por ella se deshacía
Seguían con el trabajo comunitario en los barrios pobres, asistiendo niños y ancianos a cualquier hora ella; y su grupo se comprometían cada vez mas, les iba la vida en cada acción, el mucho no entendía eso de desesperarse por ayudar, pero la acompañaba, ella era mas linda entre el barro rodeada de niños andrajosos hambrientos de amor, mas que de comida
Una noche en que el grupo estaba de guardia hubo un operativo y, se llevaron a varios, y ya no los volvieron a ver; destruyeron los alimentos y remedios que tenían guardados, ellos se salvaron casi de milagro, fue la ultima vez que lo vio, su familia lo mando a Europa para quitarle los sueños de igualdad de la cabeza
Acomodándose en su sitio helado y oscuro pensó ¿Cuánto tiempo paso desde aquel día? demasiado, veinte años, ¿cuantos amores? Muchos; casi ninguno de importancia o al menos ninguno tan importante como aquel y el siguió vivo en su mente, dormitando en su corazón y acelerando la sangre en sus venas
Sintió inquietud, buscó su reflejo pero el espejo se ha vuelto opaco, la niña que fue sollozaba en el fondo de su espíritu desolado y oscuro, muy oscuro
La noche no tenía fin; en realidad ella la creyó eterna, hasta que en medio de las sombras una noticia pequeñita se abrió paso, esa tarde alguien le dijo que el volvió y la esta buscando, un profundo temor se apodero de ella desde ese momento y la sumergió en las sombras del desencanto de su abandono, de la impiedad hacia su amor, y el desconocimiento de su lucha
No sabe si podrá siquiera mirarlo a los ojos hay mucho dolor en medio, pero no rechazo un encuentro, tenia que saber si podía apagar las sombras; hacer que el espejo volviera a brillar y la niña pequeña que fue dejara de llorar y sonriera o de lo contrario se hundirá definitivamente en el pozo de la muerte.

Sobre la autora: Paula Duncan

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